Llegadas estas fechas en las que el frío ya se ha asentado, tenemos por costumbre sacar la ropa de abrigo y llevarla a todos lados.
Días llenos de prisas, comidas y cenas de empresa hacen que, a nuestro coche, en los desplazamientos cortos, no le dé tiempo a calentarse, por lo que cometemos imprudencias como abusar de la ropa de abrigo. A pesar de que nos lo recuerdan en la autoescuela, nos olvidamos de ello.
Aunque no está expresamente prohibido, circular con abrigo es un peligro. En el momento que llevamos ropa excesivamente gruesa o abultada, el cinturón de seguridad no funciona de manera eficiente.
Podemos pensar que lo tenemos bien sujeto al cuerpo, pero en caso de accidente nos desplazaremos unos centímetros que pueden suponer un gran disgusto ya que variaría el funcionamiento de los sistemas de retención y airbag.
Por mucho que nuestro coche no tenga sistema de climatización, no debemos hacer uso de bufandas, guantes o gorros. Pueden disminuir nuestra capacidad auditiva, algo terminantemente prohibido, así como los guantes limitan nuestros movimientos y perder adherencia en el volanta y palanca de cambios.
No podemos olvidarnos tampoco de las bufandas y pañuelos, los cuales en caso de accidente pueden quedarse pillados por una pieza y mantenernos atrapados en el interior del vehículo.