La bajada de temperaturas ya si empieza a notarse y parece que cada vez más. Con este acontecimiento surgen dudas sobre el mantenimiento de nuestro vehículo ya que el frio no suele ser un aliado para la mayoría de las piezas que lo componen.
De forma similar a nuestro cuerpo, el coche necesita un pequeño calentamiento antes de comenzar un recorrido. Es habitual que, tras una noche a la intemperie, a nuestro coche le cueste más arrancar, por ello vamos a daros una serie de consejos para no forzar nuestro motor.
Un truco que suele funcionar en motores diésel, por ejemplo, es dar el contacto un par de veces antes de arrancar por completo ya que así los calentadores comenzarán a trabajar y estarán más preparados para llevar a cabo esta acción. Si hablamos de motor gasolina, esto no es necesario.
Es recomendable tener paciencia para evitar un excesivo desgaste mecánico e incluso alguna que otra avería. El aceite fluye por el motor y con el frio aumenta su viscosidad perdiendo esas propiedades para lubricar correctamente sus componentes., es decir, en bajas temperaturas tendremos un aceite que no será capaz de llegar a todas las piezas por lo que puede poner en peligro la integridad del motor.
Una buena estrategia es, primeramente, arrancar y esperar que el aceite vaya cogiendo temperatura para cumplir su función. Es por ello por lo que es recomendable que el motor este alrededor de medio minuto al ralentí, dando igual de que motor se trate.
Si hablamos de temperaturas muy bajas, no viene mal aumentar ese tiempo hasta uno o dos minutos, nunca dejarlo arrancado durante un tiempo excesivo ya que únicamente estaríamos malgastando combustible.
Aunque con la llegada de las bajas temperaturas y el invierno habrá que tener en cuenta muchas más variables, estas son algunas de las principales.